En el siglo XXI, cumplir eficientemente con las normas del Ceremonial y Protocolo garantiza el éxito y eficacia en todos los eventos.

Si nos adentramos en los orígenes del ceremonial y protocolo, podemos encontrarlo incluso en organizaciones de gran antigüedad, como las tribus, en donde se establecían determinados rituales obligatorios. Ya con el correr del tiempo, pasando por la Edad Antigua y La Modernidad, el grado de ritualismo y simbolismo fue creciendo, a lo cual se sumó la aparición de la política.

 

Precisamente el protocolo surge como algo diferente y diferenciado del ceremonial de las Casas Reales y de las Cortes europeas.

Siempre habrá protocolo, tanto si tenemos una monarquía como si tenemos una república, porque el protocolo es necesario para evitar problemas

Podríamos comenzar definiendo el origen de la palabra “ceremonial”: la misma deriva del latín “caeremonia” o ceremonia, es decir, aquellos actos reglamentados por la ley, la tradición, el uso o las costumbres, por lo que tiene estrecha vinculación con lo ritual. Técnicamente, el ceremonial es lo perteneciente al uso y práctica de las ceremonias y por lo tanto consiste en aquellas formalidades aplicadas en ocasión de un acto.

Hablar de protocolo, en la actualidad, no es sólo hacerlo de la colocación ordenada de autoridades en un acto o ceremonia, sino que el protocolo moderno es una gestión integral o multidisciplinar de actos o acontecimientos, desde el nacimiento de la idea hasta su producción y ejecución.

Encontramos Ceremonial y Protocolo en la Diplomacia, en las FFAA, en el Poder Judicial, en Universidades Públicas y Privadas, en el ámbito oficial, empresarial, eclesiástico – interreligioso; en cada uno adaptado a las diferentes culturas.